Justo antes de Navidad hice un trayecto en el coche largo, con Mateo y Carolina detrás. Normalmente juegan y conversan para entretenerse cuando el trayecto es largo, además de pedir qué música quieren escuchar.
Uno de sus juegos favoritos consiste en dibujar cosas en la pizarra magnética y que el otro adivine qué es, o en elegir una provincia y escribir por turno nombres de sus pueblos (pues sí, mis hijos son así de originales).
A mi me encantan esos ratos porque no me perciben como observadora, y juegan libremente poniendo en marcha todos sus mecanismos de invención, teniendo en cuenta que los recursos con que cuentan en el coche son muy limitados (sin ordenador ni tecnología, normalmente sólo la pizarra magnética y lo que el viaje ofrece: el paisaje, la música que oímos, etc.).
En este viaje que comento, dieron un salto fantástico: Carolina propuso que adivinaran "niños del cole", así que por turnos cada uno representaba a un niño, imitando su modo de hablar, o las expresiones o acciones que más les caracterizan... eran tan concretos y fieles a la realidad que yo (que los conozco menos) ¡los acertaba todos! (ellos también, por supuesto).
Cuando ya no se les ocurrían más niños, ampliaron el juego a profes y terapeutas...
Me quedé maravillada, porque esto que se explica en dos líneas y parece un juego bastante sencillo, para Mateo supone:
- amoldarse a una dinámica de juego nueva
- fijarse en cada persona, en sus características individuales y modo de hablar
- representar el personaje, imitando de manera diferida (no con el ejemplo presente)
- identificar los que representaba su hermana
- ¡disfrutar con el juego!
También me gustó la naturalidad con que representaban por igual a sus compañeros, tanto a los que tienen diversidad como a los que no, buscando las características propias sin percibirlas como "diferencias" o dificultades.
Los frutos de su esfuerzo y trabajo llegan en los momentos más inesperados, y a veces son tan sutiles que pueden pasar inadvertidos, así que procuramos estar atentos y gozar cuando se presentan.
Cada avance, cada paso, cada nuevo matiz es un regalo.
"Juegos de rol" (casi, casi)
Rocio | miércoles, 20 de enero de 2016 | Etiquetas: familia, hermanos, lenguaje, ocio
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